Estos agentes, con su experiencia, además de ocuparse de la parte preventiva, enseñan a los más pequeños la mejor forma de comportarse como peatones y en el coche. Lo que intentamos con estas enseñanzas de Educación Vial en la escuela es que los alumnos adquieran también actitudes, valores y normas de comportamiento vial.
También recordar que en estas edades los alumnos hacen uso de las vías públicas como peatones o viajeros, pero siempre acompañados de los adultos. Por este motivo, los educadores y familias deben tener como objetivo prioritario el fomento de actitudes viales que vayan generando conciencia ciudadana y comportamientos encaminados a la creación del sentido vial, la convivencia y las pautas adecuadas para la movilidad segura.
Recordemos que los niños en estas edades no tienen bien desarrollada la capacidad de razonamiento ni la percepción sensitiva, tampoco la psicomotricidad y menos la capacidad par tomar decisiones frente a los problemas que les presenta el tráfico. Por esto deben ir siempre acompañados por personas adultas, que cuiden de ellos y los guíen con seguridad, dándoles las pautas y ejemplos para ir adquiriendo esos conocimientos básicos ( las señales o los comportamientos) al mismo tiempo que los van poniendo en alerta de los posibles peligros cuando se hacen las cosas mal y de las ventajas cuando se hacen correctamente.
En este sentido, los padres se convierten en el primer instructor del niño en su aprendizaje vial y en el modelo que va a seguir en su futuro comportamiento.
De ahí que se haga imprescindible la colaboración de los padres y familiares en todos los programas de Educación Vial infantil que se promuevan en el centro educativo.
Los agentes que impartieron la charla, comenzaron con unas imágenes en la Pizarra Digital sobre señales de tráfico y las precauciones que se deben de tomar en la calle.
Luego nos fuimos al patio, donde se colocaron unos circuitos que representaban unas calles, con sus señales de tráfico, pasos de peatones...
Se puso en práctica lo aprendido, la clase se dividió en tres grupos, cada grupo con un número en la mano, par facilitar el cambio de roles, unos eran conductores, otros peatones y otros guardias de tráfico.
Este pequeñito es Iker, el hermano de Alma, que ayer no pudo montar en bici con su grupo y hoy lo ha hecho con nosotros.
Al final se les hizo entrega del diploma acreditativo de su participación y el carnet de conductores de bicicletas.
Desde aquí darle las gracias a estos agentes de la Policía Local y también a las madres colaboradoras por su ayuda.
!!!Muchas gracias!!!.
Muchísimas gracias Delfina! Me a encantado poder participar, a sido una experiencia muy bonita! :d
ResponderEliminarGracias a ti Ana y también a Rita. Los niños se lo pasaron genial
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